DSB Air Services es fruto de la unión de las dos grandes pasiones de su fundador, el joven emprendedor Daniel Simón: la aviación y el mundo audiovisual.
Desde muy pequeño, comenta, su objetivo ha sido ser piloto de aviación, a lo que se suma su afición por la fotografía y el vídeo, “y vi la oportunidad de juntar ambas cosas con los drones”.
Así nació hace ahora un año DSB (Daniel Simón Berlinches) Air Services, una empresa de nuestra tierra capaz de filmar trabajos profesionales a muchos metros del suelo.

El apoyo de la ayuda LEADER ha sido fundamental para la puesta en marcha del proyecto de DSB Air Services
“Actualmente, todos los trabajos que realizamos son en colaboración con otras empresas”, explica este joven empresario, quien reconoce que la ayuda de ADAC fue esencial para dar el paso de montar la empresa.
Ayuda de los fondos Leader de ADAC
Su inversión ascendió a cerca de 20.000 euros y la ayuda de ADAC fue de un 45% de la misma, asegura Daniel, quien agradece el apoyo de este Grupo de Acción Local.
“Pensé, venga, aprovecho la ayuda y ofrezco algo que no todo el mundo puede ofrecer, que son drones con calidad de imagen de cine”, recuerda, destacando que “lo bueno de este trabajo es que me permite movilidad total y no necesito pagar por unas instalaciones adicionales para poder desarrollar mi proyecto”.
Los servicios en los que más trabaja y que actualmente tienen más demanda son los trabajos audiovisuales. Éstos son muy diversos y es que, “a día de hoy, pocos vídeos hay que no tengan algún plano aéreo”, comenta Daniel Simón.
En su porfolio profesional se enmarcan desde spot publicitarios, vídeos de promoción turística, videoclips o de tipo comercial, entre otros.
Para ello, trabaja en colaboración con otras productoras, sobre todo de Madrid.
“Y, por otra parte, estoy empezando a hacer ya, y no va mal, producciones propias de DSB para trabajar también como productora propia. Por ejemplo, hemos hecho un proyecto en Fontanar y tenemos varios arrancados”, explica.
Además, a nivel personal y sin ánimo de lucro, Daniel colabora con Protección civil en búsquedas y rescates, y en apoyo de incendios forestales.
Enemigo a la vista: intrusismo con drones
El balance del primer año de vida “es muy positivo. Bastante bien con los proyectos que me van saliendo y no te voy a decir que he pagado ya prácticamente toda la inversión, pero casi”, valora este joven emprendedor, que no oculta que en esta actividad incipiente hay mucho intrusismo.
DSB Air Service, https://www.dsbas.com/, es una empresa operadora autorizada y registrada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), para lo que ha tenido que homologarse previamente, pero no todas lo están.
“Hay unas 3.000 operadoras de forma oficial, pero hay mucha gente con un dron con cámara que tenga buena calidad, que vale unos 2.000 euros, que también hacen trabajos”, asegura.
“Es como en el caso de los fotógrafos, pero con el problema que supone esto y es que la gente no se da cuenta que por mucho que se vendan como cámaras aéreas están reconocidas como aeronaves y conlleva su formación”, resalta.
En opinión de Daniel, no solo en España sino en todo el mundo, “el tema de los drones ha llegado muy de repente y creo que desde mi punto de vista no han sabido cómo gestionar todo el tema de control y normativa”.
Se han modificado varias veces la ley pero todavía hay vacíos legales, además de lo que supone ajustarse a cada normativa cada vez que cambia, señala este empresario.
Drones: nicho de negocio
Fuera del mundo audiovisual, el dron tiene otras utilidades y funciones que están muy vinculadas a las inspecciones, tanto de redes eléctricas o aerogeneradores, entre otras.
En este sentido, Daniel Simón las tiene en mente de cara a ampliar servicios en un futuro. “Ahora tengo trabajo en la parte audiovisual y no quiere meterme a atender todo, pero es algo que contemplo como un paso más para crecer a futuro”, explica.
Afirma que inicialmente se había interesado en trabajar en inspecciones de aerogeneradores, pero ahora lo valora de forma distinta.
“Primero, es muy complicado volar dentro de ciudad por cómo está la legislación, ya que es difícil que den autorizaciones”; y luego estos trabajos “normalmente requieren de un equipo de tres o cuatro personas y es complicado en mi caso”, añade, a lo que se suma que a las grandes empresas les cuesta confiar en la pequeña empresa.
En cuanto a las inspecciones en instalaciones eléctricas, en las que se trabaja con cámaras térmicas, afirma que “como proyecto de futuro lo tengo pendiente. Tengo mirado el nuevo equipamiento, nuevos drones con cámaras térmicas, pero ahora mismo, dado que me va bien, me mantengo así y no he querido avanzar mucho más”, concluye este emprendedor, quien aspira a crecer, pero con la prudencia adecuada.