Junto a la Sierra Norte y el Alto Tajo, la comarca de la Alcarria y la Campiña completa el triángulo del turismo ornitológico en la provincia de Guadalajara.
Especies de la estepa cerealista como avutardas, sisones, buitres, cernícalos primilla o anátidas son algunos de los atractivos que ofrece el paisaje alcarreño y campiñero para un tipo de turismo en auge, muy especializado y que es conocido como birding o birdwatching: el avistamiento de aves.
Desde ADAC, la Asociación para el Desarrollo de la Alcarria y la Campiña, sostenemos la idea de los numerosos beneficios que tendría dar valor a este tipo de turismo en la comarca y trabajamos para convertirla en un destino atractivo.
Además de la riqueza en avifauna, la comarca cuenta con importantes puntos de avistamiento, entre los que destacan los espacios incluidos en la Red Natura 2000 como la Zepa Esteparia, las Lagunas de Puebla de Beleña y el ZEC/LIC Riberas del Río Henares; además del Observatorio de Aves Necrófagas en Quer, el entorno del Valle del Ungría o los embalses de Entrepeñas y Buendía.
Más estacional y con apoyo local
“Guadalajara tiene el potencial suficiente para ofrecer turismo ornitológico”, dice convencido, Carlos M. Paulos, turista ornitológico confeso y experto en el tema. Especialmente, puntualiza, “un turismo muy estacional, circunscrito a las épocas de las dos migraciones, septiembre-octubre y primavera”.
De otra manera, “tendría que ser un turismo que busca especies muy concretas y en Guadalajara no es un sector que tengamos todavía muy desarrollado. En Inglaterra, Bélgica o Francia sí empieza a haber turistas que se desplazan hasta allí solo para ver un pájaro, pero aquí habría que hacer una oferta más general y hacerlo durante todo el año es complicado”.
“Podría ser un turismo complementario a otros productos como el patrimonial o etnográfico”, reflexiona Ángel Vela, técnico de la Red Natura 2000 de la Junta en Guadalajara. “No estamos en condiciones de competir con otros destinos ornitológicos y sería una buena idea conformar productos turísticos mixtos”.
No obstante, Vela subraya el valor ornitológico de la provincia: “Tiene una lista muy rica de especies, muchas de ellas de interés para el turismo ornitológico. La comunidad de rapaces es abundante y diversa, con el águila real, el águila imperial y el halcón peregrino como especies más espectaculares y emblemáticas”.
En la estepa brillan “la avutarda y el sisón, que está experimentando un acusado declive por la intensificación de la agricultura”, señala el técnico. Y aún hay recursos por explotar: “las pequeñas aves, las paseriformes, sobre todo las currucas, unos pajaritos que viven en zonas arbustivas y que podrían generar cierto reclamo”.
Como desventaja con otros destinos, “la facilidad de observación de esta lista tan rica es menor en Guadalajara que en otras zonas con similar listado, como Extremadura”, afirma. “Porque el paisaje no es igual. En la Campiña hay muchas zonas de cultivo y muchas veces no puedes transitar por ellas. Hay zonas de matorral y arbusto, que aunque generen una diversidad de hábitat muy interesante para las aves, no siempre es favorable para su observación”. Y además, “faltan guías y personal debidamente formado”.
Un turismo con muchas ‘patas’
Porque el turismo ornitológico no solo supone deleitarse con el avistamiento de aves. Tiene más patas. Paulos, en un estudio de 2008 para ADAC sobre la posible implantación de turismo ornitológico en la comarca, ya indicaba la necesidad de dotar a la comarca de servicios básicos vinculados a este tipo de turismo, como “guías especializadas, alojamiento, transporte, ocio y hostelería”.
Se suma a esta idea Lauren Morales, concejal de Medio Ambiente de Quer, uno de los municipios de ADAC que cuenta con varias iniciativas para consolidarse como destino de turismo ornitológico. “A nosotros nos falta mejor acondicionamiento, estancias para el turista. Nuestros proyectos de futuro deberían ir enfocados por ahí, quizás un albergue, pero se necesita financiación”, reflexiona.
“Quizás harían falta hoteles rurales aunque eso no implicaría que no viniesen turistas porque Madrid, Guadalajara o Alcalá están cerca. Lo que habría que hacer es promoción”, afirma Jesús Puebla, naturalista setero y director de la Reserva Ornitológica de Azuqueca. “En otros sitios, hay empresas que se dedican a hacer de guías de naturaleza. Y eso generaría puestos de trabajo también. Lo que está claro es que este tipo de turismo está en auge y cada vez hay más afición. En la comarca hay potencial turístico, no sólo para observadores de aves sino también para fotógrafos”.
En su estudio, Paulos va más allá incluso: se trata de atraer no sólo al turista que viene de fuera sino al turista potencial, es decir, a los habitantes de la zona que ignoran el valor turístico que tiene la comarca. Es clave que el tejido local -vecinos, empresarios y administraciones- valore lo que tiene, se lo crea y lo apoye.
“La gente vive aquí y no sabe que en la Campiña está la avutarda, que es el ave más grande que hay en la Península Ibérica”, dice Puebla. “Y el apoyo de la administración hace falta para poner en marcha este tipo de proyectos pero también para la conservación de la naturaleza”, defiende. “Las leyes las pueden dictar las autonomías o el Estado pero son los ayuntamientos los que más pueden hacer respecto al uso que se hace del territorio. Porque tendrá mucha más aceptación y se evitará el posible rechazo de los vecinos. Cuando hicimos el primillar en Quer, hubo un restaurante que se puso el nombre de Primillar. Con este tipo de proyectos, la gente valora mucho más dónde vive”.
Ruta ornitológica, observatorio y primillar en Quer
Quer es zona especial de protección de aves (ZEPA) y uno de los municipios con más proyectos relacionados con la ornitología. Jesús Puebla asesoró al Ayuntamiento setero en la puesta en marcha de uno de estos recursos: el Observatorio de Aves Necrófagas con comedero y hide fotográfico, creado para disfrutar de la fauna de la estepa cerealista.
Finalizado hace apenas siete meses gracias al apoyo financiero de ADAC, a través de fondos LEADER, y del Ayuntamiento, el Observatorio “está cogiendo forma y más vistosidad”, señala el concejal de Medio Ambiente, Lauren Morales.
Incluye un muladar que se irá nutriendo con carroñas de forma periódica de acuerdo con un ganadero local para atraer a las especies necrófagas que tienen su hábitat en la estepa cerealista setera, como el buitre leonado y el buitre negro.
“La situación geográfica de Quer propicia que vayan muchas especies interesantes y atractivas para este tipo de turista como la avutarda, que mueve mucho público, sobre todo en época de celo, o el buitre negro”, afirma Iván García, técnico de campo de Brinzal, asociación dedicada al estudio y conservación de las rapaces nocturnas, que también ha asesorado al Ayuntamiento en la puesta en marcha del Observatorio y de la ruta ornitológica del municipio.
Esta infraestructura “da un plus”, señala García. «En Quer es fácil ver al buitre negro o al buitre real. Si además pones un comedero y haces un uso adecuado de él, los animales se acostumbran y vuelven”.
En una actividad como la del avistamiento, donde el factor suerte es determinante, contar con un reclamo -como el muladar- que garantice que las aves vuelvan a un mismo territorio es básico. Supone, por ejemplo, que haya “aves interesantes para ser fotografiadas”, dice García, y, por tanto, “atraer turismo al municipio y favorecer su desarrollo económico”.
Son objetivos añadidos de esta instalación que da a conocer, de paso, estas aves a la población local y tiene una gran importancia en la ecología de la comarca, puesto que limpian los restos de animales muertos que podrían provocar enfermedades.
Otro de los recursos seteros es la ruta ornitológica, una de las primeras actividades que se hicieron para fomentar el turismo medioambiental en el municipio con la colaboración de Brinzal. “Es muy cortita y accesible”, apunta Lauren Morales.
De dificultad baja, sus 2,3 kilómetros se recorren en una hora. El paseo, que parte del Camino del Chorrillo, permite disfrutar de aves variopintas como el mochuelo, la cogujada común, la perdiz roja, el sisón, la avutarda, el alcaraván, el milano real y la lechuza común, el aguilucho cenizo y el lagunero, el buitre negro y el cernícalo primilla, que “actualmente está bajando un poco”, aprecia el edil haciendo balance del primillar de Quer, creado en 2008 para recuperar esta especie.
Con la colaboración de GREFA, que continúa realizando los anillamientos anuales, la instalación “está muy activa” y abre a público general y escolares en junio, mes del anillamiento.
“Confiamos en el potencial del turismo ornitológico”, concluye rotundo Morales. “Quer quizás no cuenta con un atractivo tan grande como otras zonas, pero tiene que poner en valor todo lo que tiene y es la vía que tenemos que seguir”. “Es la localidad que más está trabajando en este sentido”, asiente Puebla, “y se seguirán haciendo bastantes cosas. Si todos los pueblos hiciesen pequeños proyectos, sería distinto”.
La estepa, la gran desconocida
«La singularidad de la Campiña radica en su riqueza en aves esteparias, donde sobresalen las avutardas y el águila imperial”, afirma Puebla. “Son especies exclusivas de zonas llanas, sin bosque, que no existen por ejemplo en el País Vasco o Galicia. Por eso son un atractivo”.
La ZEPA se extiende sobre llanuras en una terraza fluvial del río Henares donde es posible ver a alcaravanes, hasta 150 avutardas en invierno, sisones -también exclusiva de la comarca-, calandrias, terreras y alondras, entre otras especies. En época de cría, es frecuente observar al aguilucho cenizo y en invierno, al aguilucho pálido e incluso al esmerejón. Se aconseja visitarla fundamentalmente en invierno y primavera.
Lejos de lo que pueda parecer, por ser un entorno más agreste, tener épocas muy duras y sin un paisaje “para atraer a un turismo grande”, dice Puebla, la zona esteparia tiene gancho: “En esta zona podría estar muy bien el turismo de observación de aves, ya que normalmente la gente que lo demanda, ya sabe a qué viene y preparado con materiales, tanto para la observación como la fotografía”.
Para Puebla hace falta más “conciencia de la diversidad” que existe. “Habría que promocionar y enseñar estos valores que son desconocidos. La gente prefiere ir a una montaña o a un bosque pero no sabe que la avutarda es el ave más grande que hay en la Península Ibérica. Tampoco sabe que hay buitre negro y águila imperial, especies que para observadores de naturaleza y fotógrafos son muy atractivas”.
La gran amenaza, por su cercanía a Madrid y Guadalajara, es el desarrollo urbanístico e industrial, además de los cambios en las prácticas agrarias, aunque en este sentido el técnico de la Junta, Angel Vela, asegura que “la Red Natura 2000, con 24 espacios a nivel provincial, protege casi el 27% de la superficie provincial, lo que indica que todas las áreas importantes para las aves están protegidas” y que “nuestras leyes de conservación nos permiten parar cualquier cambio de uso del territorio que pueda generar problemas de conservación a las poblaciones de aves amenazadas”.
Excursión a lagunas, pantanos y humedales
La comarca amplía su catálogo de especies y ofrece, incluso, avistamientos de anátidas en pantanos y lagunas, “con un punto muy importante de observación en Almoguera”, apunta Carlos M. Paulos.
Además, añade Ángel Vela, “en los cortados calizos de Entrepeñas y Buendía hay una invernada de especies de distribución alpina entre las que destaca el treparriscos. Es escasa pero regular y, por tanto, muy fácil de observar y fotografiar para ornitólogos de experiencia media-alta”.
Ambos embalses son el tercer destino elegido por estos turistas, enuncia Vela, por detrás del Alto Tajo –con presencia de rapaces y carroñeras- y de las parameras de Molina y Sigüenza –uno de los pocos lugares de Europa donde observar a la alondra ricotí-.
En Torrejón del Rey existe un criptohumedal (zona húmeda encharcada), conocido como la Dehesa de Arriba, alrededor del arroyo Camarmilla, donde pueden contemplarse mosquiteros, petirrojos y especies como el estilizado aguilucho lagunero y el aguilucho pálido.
Otro punto estratégico son Lagunas de Puebla de Beleña, incluidas en la Red Natura 2000. Aves migratorias como las cigüeñas blancas, las cigüeñas negras, los somormujos, el zarapito real, el chorlito y el chorlitejo chico, entre otros, habitan esta Reserva Natural de la Sierra de Ayllón, en la Comarca de la Campiña Alta. En este humedal nidifican el aguilucho lagunero y el aguilucho cenizo. Es posible encontrar también aves esteparias como el alcaraván o el cernícalo primilla.
También las grullas paran cada año desde mediados de febrero hasta mediados de marzo en este refugio. Los periodos migratorios son los mejores para observar ejemplares como la garza imperial, la espátula, el zarapito trinador, el pato colorado o la cerceta carretota.
La visita a las lagunas no requiere apenas dificultad, ya que el itinerario senderista es de 3,6 kilómetros (ida y vuelta) en un terreno prácticamente llano que se recorre en una hora.
En el ZEC Riberas del Henares, que incluye las riberas del río Henares en su curso medio y parte de su curso bajo, encuentran un hábitat idóneo especies como el halcón peregrino, el martín pescador, el búho real y el avión zapador. También destaca una interesante comunidad de peces ciprínidos autoctónos.
Guías de Aves
Otro de los recursos para el turismo ornitológico es la elaboración de guías. La Cátedra de Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá editó en 2015 un trabajo titulado ‘El valle del río Ungría, una propuesta de paisaje protegido’, en el que participaron nueve expertos en Biología, Ciencias Ambientales, Ornitología, Químicas y fotografía científica. En esta pequeña guía se precisa que el entorno de este río, de notable calidad paisajística, acoge más de 60 especies de aves, destacando el águila-azor perdicera, una de las más valiosas y en peligro de extinción; el águila real, fácilmente visible porque caza en este valle; el alcotán europeo, el cernícalo y el búho real.
Algunos proyectos
Entre los proyectos que ADAC ha elaborado para fomentar la conservación de la naturaleza, la educación medioambiental y atraer turismo ornitológico figura ‘Vida en la estepa’. Se gestó hace más de una década y pretendía poner en valor los recursos naturales de la zona y la coordinación con la Red Natura 2000, entre otros objetivos. A juicio de Paulos, que ha desarrollado algún estudio sobre el turismo ornitológico como oportunidad de desarrollo rural en Guadalajara, fue “el primer proyecto serio sobre turismo ornitológico que se ha hecho en Guadalajara”.
Prismáticos y sosiego
Hacer un perfil del turista ornitológico no es fácil por el amplio grado de especialización que existe. Eso sí, viajan todo el año, gustan de la pausa y el turismo slow, son amantes de los espacios naturales y, sobre todo, se movilizan para avistar aves. Si son excepcionales, mejor. Paulos, bibliotecario de profesión, los divide entre “curiosos, sensibilizados y especializados”.
“Hay gente que quiere ver el mayor número de especies en el menor tiempo posible y otra, especies concretas”, explica. “Conozco casos de gente que ha venido con una lista de veintitantas especies, contrata a un guía local y le ha dicho: quiero ver esto, organízame una ruta para verlo. Porque quieren tacharlo de su lista y hacer fotografías. Otros, simplemente, quieren ver las aves que hay en un espacio para conocer esa zona o su cultura, que puede ser nuestro caso. Cuando viajamos, lo hacemos con el telescopio, los prismáticos y aprovechamos para conocer una zona. Y si hay aves, es un valor añadido, aparte del patrimonio o la gastronomía”.
Pero el turista más atractivo, “el que mueve la actividad económica y es un objetivo para esta provincia, es el turista que busca especies muy concretas. En la zona de la Campiña sí se podría intentar hacer esa actividad de ver el mayor número de especies en el menor tiempo posible, limitado a unas épocas temporales”, subraya.
Cada año, numerosas especies de pájaros eligen la Alcarria y la Campiña para descansar o anidar. Sólo hacen falta unos buenos prismáticos, una guía de rutas, un cuaderno de campo, calzado y vestimenta cómoda pero, sobre todo, discreta y acorde a la estación del año elegida para disfrutar de una estupenda jornada de birdwatching.
Es recomendable caminar despacio, en silencio o hablar bajito para escuchar mejor los cantos de las aves. Y finalmente, elegir el momento más apropiado: mejor, salir temprano, al amanecer, o, si no, esperarse hasta que el sol vaya ocultándose, para ver en su plenitud este espectáculo de la naturaleza que cada vez gana más adeptos y que en la Alcarria y la Campiña tiene en las avutardas y las aves rapaces sus reinas indiscutibles.
*Fotografías del reportaje: Las fotografías del reportaje han sido extraídas del vídeo realizado por Manimals para el Ayuntamiento de Quer, de la página web de la Red de Áreas protegidas de Castilla – La Mancha y de la página web de Seo-BirdLife.