Hita es mucho más que patrimonio histórico-artístico y literatura. Es también historia, sabor, artesanía y un ejemplo reconocible de cómo los fondos LEADER y la actividad turística pueden llegar a generar un ecosistema favorable para el emprendimiento local.
La villa del Buen Amor cuenta actualmente con diez alojamientos rurales, a los que pronto se sumarán dos más. Su oferta para pernoctaciones es actualmente de 150 camas, una cifra de la que el alcalde, José Ayuso, se siente orgulloso: “Los turistas sí se quedan a dormir”, remarca. “Al estar tan cerca de Madrid, Hita a veces es el final del viaje y otras, el inicio de la ruta del fin de semana de los turistas que luego van a Brihuega, Atienza, Pastrana…”.
Emprender en un Conjunto Histórico – Artístico
En plena calle de la Muralla, se alzan Las Casas de Valois, un complejo de cuatro apartamentos que invita a viajar a Marrakech, París, a la ciudad india de Agra o a Nairobi, a través de una decoración cuidada y exquisita. Independientes pero conectados a través de escaleras que llevan a las zonas comunes que comparten los huéspedes. Desde una amplia sala de juegos a un patio con barbacoa, sala de reuniones y un spa, ubicado “en una cueva que data de los judíos, nuestro mayor atractivo”, dice Félix, su propietario.
El proyecto se llevó a cabo con los fondos LEADER 2007-2014, una ayuda que recuerdan “importante, sobre todo, para poner un buen equipamiento” a las cuatro casas.
De Hita destaca “su buen servicio de restauración” y la “alta demanda de ocupación en casas rurales. Creo que no hay competencia porque cada turista busca una cosa diferente”, dice.
Ignacio es propietario de Casas Ayuso: ‘El Pósito’, con capacidad para 12 personas y bodega-spa; ‘La Guindalera’, de idéntica capacidad y ‘Doña Garosa’, una casa rural de estilo castellano para seis personas, a las que se suma ‘El Lerele’. Considera que la oferta de camas es suficiente pero asegura que la potencialidad turística de Hita está “aún por explotar” y que “falta, sobre todo, hostelería”.
Sus establecimientos recibieron ayudas del primer programa LEADER de ADAC y del de 2007-2014: “para mí, fueron importantes. Es verdad que cuando yo empecé con la primera casa, lo hice sin las ayudas. Pero para abrir la segunda, fue fundamental”.
A esta oferta se suma en pleno casco antiguo, las Cuevas de Hita, dos apartamentos rurales- Cueva de la Cerería y Cueva del Refugio– , con capacidad máxima total para 11 personas, que se complementan con un amplio patio ajardinado, barbacoa y acceso a una cueva-bodega de origen medieval, actualmente cerrada por reforma.
Su propietario, Carlos Trillo, considera que la oferta turística en Hita es “buena”, aunque le gustaría que sus apartamentos –restaurados a partir de dos casas antiguas– se demandaran más durante todo el año: “mis casas, que son chiquititas, se llenan sobre todo, en momentos puntuales y en verano”. Respecto a servicios, echa de menos “una tienda, por ejemplo”, algo en lo que coincide Rafael, propietario del restaurante y alojamiento rural más antiguo de Hita, ‘La Posada de Rosa’. “Antes había dos, y ahora ninguna”, afirma.
Desde 1930, varias generaciones han continuado con este negocio de comidas caseras y carne a la parrilla con alojamiento de 13 habitaciones, que recibió también fondos públicos LEADER. Son “fundamentales”, reconoce Rafael, presumiendo de haber sido “el que menos ayudas ha recibido de toda esta zona, en torno al 25%, y más puestos de trabajo ha creado, cuatro, además de otros dos los fines de semana y en temporada alta, hasta cuatro o cinco más”.
Aplaude la línea de trabajo que desarrolla a nivel turístico el Ayuntamiento, aunque advierte: “se está masificando la oferta de alojamientos. Abrir casas rurales es lo más fácil, pero creo que el futuro pasa por diversificar los negocios”.
En esa línea, y aunque el taller de cerámica donde Felisa Rojo creaba objetos de diseño, se ha cerrado por jubilación, Hita cuenta con un horno de dulces, una quesería artesana y una cantería.
En Dulces Artesanos y cafetería ‘La Cuesta’, el único obrador de bollería artesana del pueblo, el turista puede elegir entre orejones, rosquillas, mantecados y ‘secos’. Dolores lo abrió hace quince años, después de “hacer un curso de turismo y recibir ayudas del primer programa LEADER”, sin las cuales, “no me habría planteado montar el obrador”.
Cree que el turista en Hita “está muy bien cubierto durante los fines de semana” pero “posiblemente, el que viene a diario no se vea muy bien atendido porque somos varios los que cerramos”. Sobre ello, reflexiona: “entre semana apenas vienen turistas y no se pueden mantener los negocios si no hay suficiente demanda”.
Desde el Ayuntamiento también consideran que hay retos en esta materia: “principalmente, dar servicios básicos, como la venta de pan, por ejemplo”, señala el alcalde hiteño. “Y en ello, estamos trabajando ya”.
Luis Coracho, al frente de Quesería Artesana de Hita, sale al encuentro de los turistas en la plaza del pueblo, donde casi todos los fines de semana coloca un puesto donde vende su producción, quesos con leche cruda 100% de oveja, que fabrica en su quesería y punto de venta, abierta en 2012.
Además, acude a diferentes ferias tradicionales y de ganado o folclore para darse a conocer. Él sabe lo que es levantar un negocio turístico por partida doble porque además de la quesería, que recibió ayuda del FOCAL -fondo regional para el fomento de la calidad agroalimentaria-, tiene desde 2006 una casa rural, ‘El rincón de Román’, que recibió ayudas de ADAC. “Son un empujón, claro”.
Considera que turísticamente Hita “ha dado un salto en los últimos dos años”, aunque aún falta “dar mejor servicio a la gente que nos visita. Hay que aprovechar los recursos gastronómicos, darles de comer, de beber…”
Conservar el patrimonio, para difundirlo
Pero no sólo. También hay que mantener el patrimonio, uno de los reclamos más importantes para atraer turismo. Y en ello se afana el Ayuntamiento, que está desarrollando actuaciones de conservación gracias al programa Leader a través de ADAC.
Desde el pasado mes de diciembre, se restaura el muro de entrada de la bodega de la Casa del Arcipreste, una obra que permitirá ampliar los espacios expositivos para visitas. Paralelamente, se están instalando varios indicadores turísticos y un panel informativo en la iglesia de San Miguel de Padilla.
En 2005, la empresa local Construpiedra Sanz S.L., experta en trabajos en mármol y piedra natural, se encargó de restaurar la simbólica Portada de Santa María en Hita, la única puerta que se mantiene de las que tenía la muralla medieval que franqueaba la villa.
Este negocio de cantería, dirigido por Ángel Sanz, construye columnas, esculturas, fachadas, fuentes y arcos, y ha recibido este mismo mes ayudas LEADER para ampliar maquinaria e instalar equipos 3D. “Creemos que el turista valora que el pueblo conserve su patrimonio, que esté bien”, afirma Sanz. “Hita tiene muchas posibilidades y mucha oferta”, añade.
“Para nosotros las ayudas son un empujón importante y un apoyo para los pueblos pequeños”, sentencia el alcalde, José Ayuso. “Gracias a ellas, se han hecho casi todas las casas rurales de Hita, los restaurantes han recibido también esta subvención y hemos rehabilitado los bodegos y bodegas”, ejemplos impagables de arquitectura subterránea.
Y es que hoy todavía, en las calles de Hita quedan ejemplos patrimoniales de lo que un día fue y la importancia que tuvo para Castilla. Desde puesto de vigilancia para los romanos a línea de frente durante la Guerra Civil Española.
Un laberinto de túneles de cuevas-casa y almacenes de vino
Todo el cerro fue, a lo largo de la historia de Hita, horadado por un laberinto de túneles, convertidos en bodegas para el exclusivo vino del Marqués de Santillana y la influyente colonia judía, que se estableció hasta 1492, año de su expulsión. Con una temperatura constante y un alto grado de humedad para la mejor conservación de los caldos, las bodegas estaban formadas por una o varias galerías donde se almacenaban las tinajas de barro, que hoy todavía sorprenden al visitante y son una nota de distinción turística.
Más de un centenar fueron excavadas bajo las viviendas del casco antiguo a lo largo de la Edad Media. Fueron refugio antiaéreo en la Guerra Civil, almacenes de agua de lluvia -por sus aljibes y pozos de ventilación- y quedaron en desuso a causa de una plaga de filoxera, que acabó con los viñedos.
Había también “bodegos”, una especie de casas-cueva, excavadas con sus cocinas con chimenea, cuadras para mulas y asnos, almacenes para guardar el grano o la paja, paredes encaladas, suelos de ladrillo y baldosa y buenas vistas a la llanura.
Localizados en la parte alta del casco histórico, estos bodegos se caracterizaban por tener un grado de humedad bajo, lo que permitía que fueran habitados. Fueron usados como refugio en la Guerra Civil Española y ocupados tras el conflicto hasta los años 60, cuando fueron abandonados definitivamente.
El Ayuntamiento organiza visitas de grupos al conjunto histórico artístico a través de su Oficina Municipal de Turismo de una hora y media de duración. Por otra parte, también ofrece durante los fines de semana y festivos una ruta de visita a las cuevas, donde durante una hora se muestran tres de ellas: los Bodegos del Barrio Alto, del Tío Diego y de la Muralla.
Rutas por el municipio
Además, existen dos rutas turísticas de las que forma parte Hita: la del Camino del Cid, en el tramo conocido como ‘La algara de Álvar Fáñez’ y la ruta del Arcipreste de Hita y el Libro de Buen Amor, que recorre las tierras de Juan Ruiz, clérigo que ofició en la iglesia hiteña. El itinerario para el turista se completa con otros tres senderos: el de las ruinas del castillo, el del puente medieval y un sendero panorámico.
El paseo turístico por Hita es mucho más amplio. Además de la muralla medieval que mandó levantar en 1441 Íñigo López de Mendoza, el Marqués de Santillana, el camino pasa irremediablemente por la Puerta de Santa María (siglo XV), emblema del municipio; la plaza del Arcipreste; las Ruinas de San Pedro, reconvertidas en escenario cultural, con su pila bautismal románica; el Palenque, que antaño acogió torneos caballerescos y el recinto arqueológico del castillo –donde hubo un centro de observación y ojeo en la Guerra Civil, además de trincheras–.
El alcalde, José Ayuso, subraya que el verdadero atractivo de Hita son “el entorno, el paisaje, la historia del Libro de Buen Amor, el encanto que tienen sus calles, sus bodegas, su patrimonio…”.
El festival medieval, la Hita más literaria
El prestigioso filólogo Manuel Criado de Val creó en 1961 el Festival Medieval de Hita, el primero de ese carácter que se celebra en toda Castilla-La Mancha y uno de los emblemas de la localidad. Desde 1980 es Fiesta de Interés Turístico Nacional aunque en la villa continúan con la ilusión de conseguir, algún día, la Declaración de Interés Internacional. Ese proyecto está “de momento en stand by”, afirma el alcalde, “pero no perdemos la esperanza”.
En 2020, la cita cumple 60 años y se presentará el domingo 26 de enero en la 40ª edición de Fitur, la Feria Internacional del Turismo, en el marco del Día de Guadalajara. Ayuso adelanta que la obra de teatro que se representará este año será ‘Doña Endrina’, del Libro de Buen Amor.
Con la representación de esta obra como plato fuerte del programa, junto a la lucha entre Don Carnal y Doña Cuaresma y los torneos de caballeros en el Palenque, el evento ofrece una visión retrospectiva del esplendor económico y cultural de la villa. Todas las calles, todas las plazas, se ponen bonitas con pendones y guirnaldas, invitando al paseante a imaginarse que se encuentra, en realidad, en plena Edad Media. En su caminar, se encontrará con caballeros, clérigos, doncellas, nobles, artesanos y campesinos, pero también a saltimbanquis, trovadores, escuderos y músicos que harán sonar sus rabeles, dulzainas o sus zanfoñas.
El festival se engalana además con el tradicional mercado al aire libre, con productos artesanos y con la presencia en las calles de botargas, danzantes y enmascarados llegados de varios puntos de la provincia.
La Casa-Museo, el gran centro cultural
Junto al festival, Hita enseña su cara más literaria con la Casa-Museo del Arcipreste, un museo y centro de iniciativas culturales que alberga un abundante y variado patrimonio relacionado con el municipio, además de una biblioteca pública y el punto de información turística.
El visitante puede disfrutar de las salas de arqueología y etnografía, con colecciones completadas con donaciones de los vecinos, piezas de cerámica, numismática, utensilios de campo y matanza así como una recreación de una cocina tradicional.
Además, en la planta superior, se exhibe la Biblioteca del Libro de Buen Amor, donada por el profesor Criado de Val, carteles del Festival Medieval y las máscaras y objetos diversos de atrezzo que emplean los vecinos de Hita durante este festejo popular.
Pueblo más bonito de España, con récord de turistas
Al valor histórico, patrimonial y literario de esta villa alcarreña, se suma su innegable valor turístico. Su condición de Pueblo Más Bonito de España desde 2017, una Red de más de 150 municipios, significó un auténtico revulsivo: “Entrar fue un acierto”, afirma rotundo el alcalde, José Ayuso. “El primer año fue espectacular. Ahora lo que intentamos es mantenernos”.
Las cifras le dan la razón. El salto cualitativo se produjo en el mismo año de su inclusión en la Red. Pasó de 7.259 a 13.520 visitantes, doblando el número de turistas respecto a 2016. “Y creemos que la entrada de Pastrana y Atienza [el pasado diciembre] nos beneficiará”. En 2019, superaron la barrera de los 15.000 turistas, la cifra más alta que ha conocido Hita.
*Las fotografías están tomadas de la página web: Turismo Guadalajara, Diputación Provincial de Guadalajara, el Camino del Cid, de Turismo CLM y de los establecimientos turísticos y negocios incluidos en el reportaje